3 de diciembre de 2012
| Publicado por
Revista Medicos - Medicina Global
Vivimos en un mundo que está conectado de manera inalámbrica mediante casi tantos teléfonos celulares como personas en el planeta. De acuerdo a la Unión Internacional de Telecomunicaciones, a fines de 2011 había casi 6 billones de teléfonos celulares a nivel mundial. La omnipresencia de la tecnología móvil ofrece grandes oportunidades para que la industria del cuidado de la salud pueda direccionar uno de los desafíos globales más importantes: lograr que el cuidado de la salud sea mejor, más accesible, rápido y económico.
El nuevo concepto de “salud móvil” (mHealth) probablemente logre un mayor efecto en cómo se presta asistencia por tres motivos: los dispositivos móviles son omnipresentes y personales; la competencia continuará impulsando la reducción de costos y mejorando la funcionalidad; y la movilidad por su naturaleza implica que los usuarios sean siempre parte de una red social, lo que aumenta radicalmente la variedad, velocidad, volumen y valor de la información enviada y recibida.
Incluso antes de la llegada de la conectividad móvil, la línea de separación entre los sectores tradicionales de salud se estaba desdibujando y nuevos modelos de negocios estaban naciendo. mHealth llega en medio de una “tormenta perfecta”, permitiendo y acelerando tres grandes tendencias mundiales que ya están en juego en el cuidado de la salud.
La reforma regulatoria impulsada por cambios demográficos como el envejecimiento y las enfermedades crónicas están restableciendo el equilibrio entre los sectores públicos y privados que participan en el cuidado de la salud. Cada vez más, el sector público, en su intento por optimizar el acceso y la calidad, está buscando innovación y eficiencia en el sector privado. mHealth ayuda a ambos sectores en estos aspectos, ya que mejora el acceso y la calidad y, al mismo tiempo, provee de innovación y oportunidades en la reducción de costos.
La industrialización del sector del cuidado de la salud, proceso impulsado por tecnologías tales como la historia clínica electrónica y plataformas de monitoreo remoto y comunicación, entre otras cosas, es el prerrequisito para el florecimiento de mHealth. La atención centrada en el paciente, sin importar dónde esté ubicado, se está volviendo una realidad.
El cuidado de la salud está avanzando hacia un modelo basado en la precisión o en la “medicina personalizada”. Gracias a la tecnología, la conectividad y la información, la personalización en masa se encuentra en el horizonte, permitiendo que las soluciones de mHealth prosperen.
En reconocimiento de estos factores de aceleración, PwC (*) le solicitó a la Unidad de Inteligencia Económica (EIU, en inglés) que examinara el estado actual y el potencial de mHealth; las barreras a superar y las oportunidades para compañías que buscan crecer en ese ámbito.
Según dicha investigación, las prepagas tienden a estar de acuerdo con la posición de los pacientes porque son ellos los que asumirán la mayor parte de las consecuencias económicas si el sistema de salud no consigue la reforma necesaria.
Al proveer al paciente de las capacidades móviles que desea, las aseguradoras logran diferenciarse de su competencia. Es por esto que el 40% de las prepagas alientan a los pacientes a que permitan que sus médicos monitoreen su salud mediante los servicios de salud móvil, mientras que sólo el 25% de los médicos incentiva la práctica.
Si bien mHealth ofrece una amplia gama de usos y beneficios también es real que existe un conjunto de barreras que se refuerzan mutuamente.
Por un lado, y en lo referido a las barreras tecnológicas, tanto los médicos como las prepagas enumeran la privacidad y los problemas de seguridad como las principales limitaciones para ampliar el uso de mHealth, y sólo la mitad de los médicos considera que las facilidades que provee Internet móvil en sus espacios de trabajo son seguras.
La escasa integración también impide el crecimiento de esta herramienta. Sólo el 53% de los doctores asegura que las aplicaciones y servicios de salud móvil que utilizan son compatibles con la tecnología de sus organizaciones, e incluso un menor porcentaje dice estar integrado con la tecnología en otros sectores del sistema de salud.
De todas maneras, las cuestiones tecnológicas se desvanecen frente a las complejidades culturales que se presentan a la hora de lograr cambios en el sistema de salud. De hecho, el 27% de los profesionales de la salud y el 26% de las prepagas declaran que la principal barrera que se presenta para mHealth es la presencia de una cultura inherentemente conservadora.
A su vez, la mayoría de los sistemas nacionales de salud son bastos y fragmentados. Descubrir los ejes de cambio de un país no significa que éstos sean útiles en otros países, dado que los sistemas de salud varían notablemente. Frecuentemente incluyen monopolios dominantes, un importante control estatal, y altos costos y barreras regulatorias para el ingreso de nuevos operadores, todas condiciones que se oponen a la innovación impulsada por el sector empresarial.
El control estatal es particularmente importante para el sistema de salud móvil. Los gobiernos actuales han creado una brecha tecnológica que ralentizará la adopción de mHealth. Según los profesionales de la salud pública y las prepagas, la falta de tecnologías existentes es la mayor barrera para ampliar el uso de mHealth. Un tercio de los doctores del sector público no poseen Internet móvil en sus lugares de trabajo, en oposición a sólo el 14% en el sector privado. Lograr los beneficios económicos de la implementación de un sistema de salud móvil requerirá que los diferentes gobiernos realicen importantes inversiones para actualizarse tecnológicamente.
La alta regulación del sistema de salud también dificulta el camino hacia la innovación. Los problemas son con frecuencia, o bien la existencia de un vacío regulatorio (que aumentan el riesgo para proveedores), o la aplicación de regulaciones inapropiadas originadas en las primeras tecnologías: el 45% de las prepagas y médicos cree que es esta última la razón que está frenando el crecimiento de mHealth.
Probablemente, la mayor dificultad para innovar en el cuidado de la salud es el complejo arreglo de incentivos que ha creado y continúa reforzando el sistema actual. Un producto de mHealth sólo será adoptado si alguna de las partes interesadas encuentra un beneficio en pagar por él, pero encontrar un comprador no siempre es sencillo.
Si bien son desalentadoras, las dificultades de la innovación en la asistencia sanitaria no son insuperables ni universales. La innovación disruptiva generalmente ocurre en las periferias de un sector, donde los consumidores tienen menos recursos y los intereses creados son débiles o inexistentes. mHealth no es una excepción.
Las soluciones móviles de la atención médica están siendo desplegadas con mayor velocidad en países emergentes que en economías desarrolladas. En los mercados emergentes investigados, el conocimiento de los pacientes y las expectativas sobre mHealth son, en promedio, mucho más altas que en los países desarrollados. El 59% de los pacientes de mercados emergentes usa al menos una de las aplicaciones o servicios del sistema de salud móvil, en contraste, sólo un 35% en países desarrollados.
Prepagas y médicos de mercados emergentes también son más activos en la implementación de mHealth. Un mayor número de prepagas pagan, o planean hacerlo, por los diferentes servicios relacionados con salud móvil que sus contrapartes en países del primer mundo. Los médicos de países subdesarrollados, por lo general, poseen mayor acceso a tecnologías móviles en sus espacios de trabajo y tienen sus propias aplicaciones integradas con los sistemas de data de los sistemas de salud tanto nacionales como locales.
Para el 27% de los profesionales de países emergentes mHealth ya ha generado cambios sustanciales en la relación médico-paciente y, según el 34%, ha llevado a una marcada reestructuración interna de sus lugares de trabajo. Colectivamente, el 68% de los profesionales de la salud y prepagas en países en desarrollo son más propensos a recomendar a los pacientes que hagan uso de este nuevo sistema, ya sea por sí solos o permitiéndole al personal médico que monitoree su condición mediante mHealth. En cambio, sólo el 59% de los médicos en países desarrollados incentivan el uso del sistema móvil de salud.
Además, el alcance del sistema es más amplio en mercados emergentes. La tecnología móvil ha demostrado ser especialmente eficaz en las actividades de salud pública, como, por ejemplo el seguimiento de epidemias en lugares remotos.
Por último, mientras el testeo de nuevos proyectos continúa siendo un problema en países desarrollados, la escala de los proyectos relacionados con mHealth están comenzando a crecer en los mercados emergentes. La abrumadora necesidad ayuda a explicar la mayor velocidad de adopción de las aplicaciones de salud móvil en países en vías de desarrollo.
El número de médicos por persona en este tipo de países muestra un indicio de disparidad, pero la distribución del personal médico marca más la diferencia. Los doctores a nivel mundial tienden a concentrarse en áreas urbanas, conducta que suele ser un problema en países como India, China y Sudáfrica dónde no sólo hay un menor número de médicos por persona, sino que además la población tiende a vivir en lugares rurales o poco poblados. En estas áreas, el cuidado de la salud, si es que existe, generalmente está provisto por personas con conocimientos básicos sobre salud.
Además, en mercados en vías de desarrollo el cuidado de la salud generalmente es caro: 53% de los pacientes de estos países cita el costo como uno de las razones por las cuales se hace mayor uso de mHealth en comparación con el 34% en países del primer mundo. En muchos casos, las tecnologías móviles son la única herramienta viable para llegar a las personas.
La falta de infraestructura del cuidado de la salud significa que los mercados emergentes no se enfrentan al reto de intereses arraigados que puedan impedir el desarrollo de mHealth.
Finalmente, estos países están obteniendo buenos resultados financieros, tienen la infraestructura tecnológica para implementar mHealth, y cuentan con una población expectante por mejoras en el cuidado de la salud.
Es probable que los mercados emergentes sean semilleros de innovación, una ventaja que pueden aprovechar en el mercado global. Y, más importante aún, el desarrollo de mHealth en países en desarrollo puede acelerar el progreso del ecosistema de empresas involucradas tales como proveedores, compañías de tecnología, operadoras de comunicación y prepagas que, según los analistas, son esenciales para el éxito del sistema de salud móvil a largo plazo. Dada la naturaleza digital de mHealth un ecosistema no será limitado por fronteras geográficas, lo que permitirá, eventualmente, que los diferentes participantes puedan lograr la irrupción en una gran cantidad de mercados. El futuro del cuidado de la salud occidental puede desarrollarse en los actuales mercados emergentes.
La disrupción seguramente podrá superar las barreras para lograr un sistema de salud maduro. De todas maneras, emprendedores en todo el mundo todavía deben encontrar modelos de negocios que funcionen en el medio ambiente actual. Esto puede representar un desafío: 64% de los médicos y prepagas declaran que hoy mHealth es una posibilidad pero muy poco probado como un modelo de negocios efectivo.
Las nuevas tecnologías no siempre atraen nuevas fuentes de ingresos. A pesar del aumento de aplicaciones personales de salud para teléfonos, los pacientes aún se muestran reacios a pagar por ellas. El 49% cita el costo como una de las principales barreras para aumentar el uso de mHealth, no porque los productos sean caros, sino porque los mismos pacientes son extremadamente sensibles al precio. Entre los que usan los servicios o aplicaciones de mHealth, una cuarta parte paga u$s 5 o menos por aplicación. Del total de pacientes que no usan estas aplicaciones, únicamente el 15% está dispuesto a pagar dicha suma. Estas estadísticas casi no se modifican con un aumento de sus ingresos.
Si bien los pacientes de los mercados emergentes están mejor predispuestos a pagar que aquellos del primer mundo, probablemente debido al alto costo que significa para sus bolsillos los sistemas de salud tradicionales, también es cierto que se muestran reticentes.
Para convencer a las prepagas de que inviertan en mHealth, las compañías se deben centrar en soluciones que las ayuden directamente. Trabajar con proveedores de la salud en la creación de soluciones de mHealth es una forma para involucrarlos en el proceso y otorga importantes beneficios adicionales. Un enfoque basado en las soluciones más que en la tecnología puede favorecer a la innovación.
Sin embargo, y en última instancia, mHealth necesita hacer más que integrarse con los sistemas de salud existentes. Como en cualquier disrupción tecnológica, será necesario confiar y actuar mediante un entorno de actores que compartan el concepto de cómo debería ser el cuidado de la salud. En un nivel más tecnológico, esto implica inevitablemente la integración de data y servicios basados en el paciente individual que involucre todos los aspectos de la salud, desde la prevención hasta el tratamiento de manera holística.
A largo plazo, el punto de vista más común entre los especialistas es que las prepagas se suscribirán a mHealth simplemente como parte de un proceso de cambios más profundos en el sistema de salud.
En resumen, la adopción de mHealth debe representar sólo un aspecto de una gran disrupción en el sistema de salud. Sin embargo, el sector está inmaduro para un cambio. En este sentido, los stakeholders poderosos con incentivos contradictorios que fallaran en el desarrollo de cambios que beneficien al sistema como un todo pero no a sí mismos, o usarán la complejidad del sistema para bloquear la innovación que pueda afectarlos.
La disrupción nunca es fácil, pero raramente es imposible. mHealth ya está siendo adoptado donde la necesidad es mayor y las barreras son menores: entre aquellos que pagan una gran proporción de sus ingresos por el cuidado de su salud, aquellos que no obtienen el tratamiento efectivo de las estructuras ya existentes y, sobre todo, en mercados emergentes.
Para subsistir en un complejo sistema de cuidado de la salud, las compañías participantes en mHealth deben encontrar aplicaciones y servicios que le otorguen valor concreto a stakeholders identificados; pensar en términos globales; enfocarse en las soluciones y no en la tecnología; e identificar posibles socios para crear un mayor impacto y generar nuevo valor.
En muchos casos, la promesa de mHealth resultará ilusoria dado que el contacto personal entre paciente y proveedor siempre tendrá un lugar primordial en la medicina. Sin embargo, en otros casos, mHealth revolucionará la forma en que el sistema de salud es provisto.
En definitiva, mHealth probablemente se convertirá en algo tan normal y cotidiano que dejará de ser noticia.